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Chipre representa la herencia de un país privilegiado con una historia de más de 10,000 años. El transcurso de 10 milenios ha convertido a este pequeño país en un banquete interminable de historia y le ha provisto de una increíble y valiosa herencia y una cultura envidiable. El hecho de que la UNESCO haya incluido en su Lista Oficial de Patrimonio Mundial el Santuario de Afrodita, las reliquias de Paphos, el establecimiento Neolítico de Khirokitia y diez de las iglesias bizantinas en Troodos, nos da una idea del vasto patrimonio cultural de la isla.
Algunas personalidades históricas prominentes como Alejandro Magno y Cleopatra están relacionadas con la isla. Afrodita, la diosa del amor y la belleza, nació en Chipre y su nombre la identifica con el nombre de la isla (Kyprida).
A pesar de que a través de su historia de varios siglos haya sido víctima de conquistadores, Chipre ha desarrollado y mantenido su cultura por miles de años, asimilando cualquier tipo de influencia. Chipre se conservó como el centro de la cultura helénica con algunas características distintivas.
Con el paso de los años, la identidad y el carácter distintivos de los chipriotas también han sido forjados. El pueblo de Chipre se distingue por su carácter progresivo, su educación y su sincera cordialidad. De igual forma son reconocidos trabajadores condescendientes. Una de las características más notables de todos los chipriotas y especialmente de los provincianos, es su hospitalidad genuina.
Hoy, Chipre, un país modernizado y armonizado dentro de la familia europea, constituye por su patrimonio histórico y cultural, una evidencia viviente de las rutas de la cultura europea. Su pueblo ha logrado combinar su orgullosa historia antigua y su herencia cultural con una infraestructura ultra moderna y un estilo de vida cosmopolita.
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