Έμβλημα Κυπριακής Δημοκρατίας
Πρεσβεία της Κυπριακής Δημοκρατίας στη Μαδρίτη

Destrucción del Patrimonio Cultural



Chipre es un país con una historia única y una civilización antigua que data del 9000 a de C. Debido a su posición geográfica, Chipre adoptó la fe cristiana desde el mismo comienzo del Cristianismo y como resultado tiene algunas de las mejores colecciones de arte bizantino del mundo. Un número significativo de iglesias, capillas y monasterios, situados en las zonas rurales y montañosas de la isla, están decorados con mosaicos, frescos e iconos muy antiguos y de incalculable valor.

No obstante, como resultado de la invasión turca de 1974 y la ocupación ilegal del 36,4% del territorio de Chipre, el patrimonio religioso y cultural de la zona que no está bajo el control efectivo del Gobierno de la República de Chipre, ha estado sujeto a la destrucción más violenta y sistemática.

Como resultado de la política de saqueo en curso, la destrucción y la falta de respeto de las autoridades de ocupación hacia el patrimonio cultural y religioso de Chipre, cientos de monumentos históricos y religiosos de varias regiones de la zona ocupada han sido destruidos, saqueados y destrozados. Se han realizado excavaciones ilegales y se han robado tesoros artísticos de museos y colecciones privadas para venderlos en el extranjero.

De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades competentes del Gobierno de Chipre, se han saqueado, destrozado deliberadamente y, en algunos casos, demolido más de 500 iglesias y capillas greco ortodoxas y 17 monasterios ubicados en ciudades y pueblos de la zona ocupada. Hasta hoy, se desconoce el paradero de los artículos eclesiásticos de estas iglesias, incluyendo más de 15.000 iconos portátiles. Es más, la policía de Chipre calcula que desde 1974 se han trasladado ilegalmente más de 60.000 artefactos antiguos a diferentes países en todo el mundo. Los iconos más significativos y de incalculable valor cayeron en posesión de casas de subastas y se vendieron ilegalmente por marchantes de arte en el extranjero.

El hecho de que más de 133 iglesias, capillas y monasterios hayan sido profanados, que 77 iglesias se hayan convertido en mezquitas, que 28 estén siendo utilizadas por las fuerzas de ocupación como almacenes, dormitorios u hospitales, que 13 se utilicen como corrales o graneros, demuestra claramente que el objetivo de las autoridades de ocupación ha sido siempre el patrimonio cultural y religioso de la parte norte de Chipre. En particular, la reciente conversión de la iglesia de Agia

Anastasia, en el pueblo ocupado de Lapithos (región de Kirenia), en un hotel de lujo y un casino, y el uso del Monasterio Armenio de Sourp Magar (encontrado en la época medieval) en una cafetería, constituye una prueba concreta de los fines ilícitos de las autoridades de ocupación. Además, dichas acciones prueban que no sólo la iglesia ortodoxa, sino también las iglesias armenias y latinas de Chipre, han sido víctimas de ese saqueo y han sufrido pérdidas considerables.

Debido a la invasión turca, todas las excavaciones arqueológicas legítimas en los distritos de Ammochostos, Kirenia y Morfou se interrumpieron. Desafortunadamente, se ha informado que todos los artículos que se exhibían de forma permanente en museos de la zona ocupada, así como el material no registrado procedente de almacenes de misiones arqueológicas extranjeras, también fueron saqueados e ilegalmente exportados al extranjero.

A pesar del hecho de que el Departamento de Antigüedades del Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas de la República de Chipre sea la única autoridad legal que emite permisos de excavación o restauración en Chipre y tenga plena responsabilidad sobre cualquier obra llevada a cabo en todo el territorio de la República, las excavaciones se siguen dirigiendo de forma ilegal en muchos emplazamientos arqueológicos de la parte ocupada de la isla. En particular, se ha llevado a cabo recientemente una excavación ilegal en el emplazamiento arqueológico de Galinoporni en la península en Karpas, que es uno de los emplazamientos más importantes de la Edad de Bronce Final en Chipre.

Otro ejemplo es la excavación ilegal del emplazamiento arqueológico de Salamis organizado por la Universidad de Ankara. La mencionada universidad, violando todos los convenios internacionales y sin mostrar respeto alguno por la ética académica y los anteriores excavadores, empezó sus obras de excavación en 1999. Como resultado, los restos arqueológicos que datan de todos los períodos históricos de la civilización de Chipre se encuentran sistemáticamente en posesión de casas de subastas en el extranjero.
Desafortunadamente, en muchos casos las fuerzas de ocupación provocaron la completa destrucción de emplazamientos arqueológicos y religiosos únicos. Un ejemplo reciente de la falta de respeto del ejército turco ha sido la demolición de un asentamiento neolítico en el Cabo del Apóstol Andrés- Castros en la zona ocupada de Rizokarpaso, a pesar del hecho de que dicho emplazamiento fue declarado Monumento Antiguo por la República de Chipre. El objetivo de esta acción inaceptable que se llevó a cabo con el uso de bulldozers, era la colocación de dos mástiles de bandera de Turquía y la “RTNC” en lo alto de la colina.

La República de Chipre está trabajando sistemáticamente para la protección, así como para la conservación de su patrimonio cultural y religioso. El Departamento de Antigüedades es consciente de la progresiva devastación de muchos emplazamientos arqueológicos de la zona ocupada y, mediante las Fuerzas de Naciones Unidas en Chipre, ha presentado en repetidas ocasiones solicitudes para visitar estos emplazamientos y llevar a cabo las obras de restauración necesarias. Desafortunadamente, debido al rechazo de la potencia de ocupación, esto no ha sido posible. El papel de Turquía en el comercio ilícito que operaba desde la zona ocupada de Chipre se puso de manifiesto con el número de casos que el Gobierno de la República de Chipre ha llevado ante los tribunales. El más conocido, con repercusiones internacionales, ha sido el traslado y la exportación ilegal de los mosaicos de Kanakaria, una obra excepcional del siglo VI AD. La demanda judicial presentada por la Iglesia Ortodoxa de Chipre en el Tribunal del Distrito de Indianápolis de Estados Unidos resultó en una sentencia de 1989, por la que los mosaicos se devolvieron a su legítimo propietario, la Iglesia de Chipre, dos años después.

La comunidad internacional está muy preocupada por estos temas de protección y respeto por el patrimonio cultural y religioso en todo el mundo, según se ha hecho evidente por el número de convenios y protocolos adoptados para la protección, así como para la devolución de dichos artefactos del patrimonio cultural a sus legítimos propietarios. Por ejemplo, la recomendación de la UNESCO sobre los Principios Internacionales Aplicables a las Excavaciones Arqueológicas según el Artículo VI (32) de Excavaciones en Territorio Ocupado estipula claramente que “En caso de conflicto armado, cualquier Estado miembro que ocupe el territorio de otro Estado deberá abstenerse de realizar excavaciones arqueológicas en el territorio ocupado. En caso de hallazgos fortuitos encontrados particularmente durante obras militares, la Potencia de ocupación deberá tomar todas las medidas posibles para proteger estos hallazgos, que se deberán entregar, al término de las hostilidades, a las autoridades competentes del territorio previamente ocupado, junto con toda la documentación relacionada con los mismos”.

Se han adoptado muchos otros Convenios para la protección del patrimonio cultural internacional o para la devolución de ese patrimonio de incalculable valor a sus legítimos propietarios. Entre ellos están el Convenio de 1970 sobre los Medios para Prohibir y Evitar la Importación, Exportación y Traslado Ilegal de la Propiedad Cultural” y el Convenio Unidroit de 1995 sobre Propiedad Cultural exportada ilegalmente o robada, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales y sus Protocolos, lo que guarda relación con la negativa de las autoridades de ocupación a permitir que la Iglesia Ortodoxa autocéfala de Chipre, como legítima propietaria, tenga acceso a su propiedad, así como el Convenio Europeo sobre la Protección del Patrimonio Cultural y varias directivas de la Unión Europea.

Chipre, para obtener los mejores resultados posibles respecto a la protección de su patrimonio cultural, también es parte contratante del Convenio de La Haya de 1954 para "la Protección de la Propiedad Cultural en Caso de Conflicto Armado" (1964). Este acuerdo internacional se considera el más importante en el caso de Chipre. En particular, el artículo 4(3) de dicho Convenio estipula que la potencia de ocupación se compromete a “Prohibir, evitar y, en caso necesario, poner fin a cualquier forma de robo, saqueo o apropiación indebida de cualquier acto de vandalismo dirigido contra la propiedad cultural”.

A pesar del hecho de que Turquía es una parte contratante del Convenio de La Haya (1965) así como del Convenio de la UNESCO (1970) “sobre los Medios para Prohibir y Evitar la Importación, Exportación y Traslado Ilegal de la Propiedad Cultural”, insiste en no cumplir con sus obligaciones derivadas de estos convenios y continúa con su destrucción sistemática del patrimonio cultural de Chipre.



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